Punto de com a

jueves, enero 23, 2003

Qué barbaridad, esto es un vicio que apenas empieza. Mucho agradezco a mi amigo David Miklos, compañero en los ritos de pasaje, como él mismo una vez anotaría, el haberme invitado a entrar a esta dimensión de la red, en la que las cosas desconocidas son siempre un incentivo al voyeurismo electrónico que existe desde que la red es red. Sin fin.