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miércoles, marzo 26, 2003

Recuerdos de la anticipación y de un instinto, esperemos no extinto

Recordemos que Lichtenberg sugiere la posibilidad de que la capacidad de recordar sea inversa a la capacidad de anticipar. Yo sugiero una mezcla promiscua entre ambas para que recordemos los desastres y aberraciones de la guerra y anticipemos sus terribles consecuencias, para que, cual animales no tropecemos con la misma piedra dos veces. Me parece que si reivindicaramos el instinto no tendríamos esta guerra, ya que el instinto, si bien primario y sagaz, no opera con el gandallismo que sólo puede ser acompañado por alguna estúpida racionalidad, en este terrible caso la de Butch, digo Bush. El instinto busca la vida, la sobrevivencia y pienso en una especie de racionalidad instintiva que orientaría sus esfuerzos a la conservación de la vida y no a la deificación de la paranoia y la obsesión compulsiva. Admitámoslo Bush es un berrinchudo y arbitrario control freak. No olvidemos que el fin putrifica los medios, y que por puro instinto habríamos de saltar hacia la paz, anticipando la voraz mordida de la guerra que resulta literalmente mortal. En fin...