Punto de com a

lunes, julio 31, 2006

La burocracia, la oficina, son el reducto del miedo. La vida está afuera, mientras adentro el modelo y el cuadro mental proponen más maneras para mantenerse dentro del reducto. Hace falta un equilibrio. No tan adentro ni tan afuera, like the old in and out.

En cualquier caso hoy me duele mi ciudad, me duele mi país que se muerde a sí mismo, gruñéndose rabiante. El que se enoja pierde.

También me duele el mundo. La foto del niño muerto por el bombardeo israelí me hace recordar que a toda acción corresponde una reacción de igual o mayor intensidad. Me pregunto cómo ha de regresárseles la muerte de tantos niños y los demás inocentes a aquellos que perpetraron en ataque, a los que apretaron el gatillo y, peor aún, a los que apretaron la voluntad de los que apretaron el gatillo.

En el fondo quizá todos seamos responsables por el simple hecho de ser humanos. En cualquier caso más que promover las culpas habría que promover la conciencia.