Punto de com a

jueves, enero 23, 2003

Ser bloguero es ser un hijo de puta en busca de un burdel que nunca ha de encontrar para hallar a su madre vestida cachonda follando con el mundo. Un intento imposible del mexicano por desprenderse de la idea de que su madre es virgen. Ser bloguero es ir en busca de cosas que nunca suceden. Ser bloguero es no estar persuadido en el sentido que rescata Magris de la persuasión en alguna parte de su Danubio, es siempre querer acabar lo que no se ha ni empezado. Ser bloguero es asumirse como detrito de la existencia, al saber que sus blogs son eso, trozitos de pura mierda que no sirve pa ni madre y que además nadie va a leer, salvo algún coprógfago avisado que sabe que en la mierda se puede encontrar algo útil. Si Pasteur encontró la gloria en el detritus porqué tú no. Gloria Victis. Ser bloguero, por ende, nos lleva a la famosa y tajante encrucijada de las dos sopas: 1) o ganas humildad al saber que mierda eres y en mierda te convertirás o; 2) engordas tu soberbia al ser leído por una bola de mierderos puntitititos en el puntito de la tierra, pero aun así todo lo que conoces.