La mandarina del demiurgo

Algún travieso demiurgo con ánimos de duendecillo nos partió la mandarina en gajos y ahora todos pensamos que, en esencia, no somos lo mismo que no queremos lo mismo que la interacción es de suma cero que el bien de uno es el mal del otro que el que agandalla no batalla que etcétera, y todos sabemos bien que todo de eso es pura confusión, solo que ese demiurgo también nos hace pensar que no sabemos ni mandarina al respecto. ¿Y si le partimos la suya?