Punto de com a

lunes, noviembre 03, 2003

Algún Diagnóstico

¿En dónde estoy? Al parecer perdido en alguna parte de mi vida cotidiana. Y si bien me veo todos los días en el espejo al afeitarme, lavarme los dientes o simplemente peinarme, no sé quién soy en realidad, por lo tanto no sé dónde estoy. Al parecer he olvidado mi vocación y vago por el mundo en busca de algo que ignoro por completo. Esto es autobiográfico, lo sé. Dirán que porqué escribo sobre mí mismo cuando existen tantas cosas sobre las cuales escribir. Cierto, pero yo diré que es necesario escribir sobre uno mismo para conocerse un poco, claro que todos los que hacen o pretenden hacer literatura, escriban sobre sí mismos o no, buscan en el fondo algo que se ha perdido o que jamás se ha tenido. La literatura como búsqueda perpetua de uno mismo, de sí mismo o de lo ajeno, de lo que viene de otros y no se puede vivir mas que a través de una representación escrita.

¿De dónde vengo? Pues eso es algo que ignoro por completo. Me han dicho que vengo de las Pléyades, un grupo de estrellas que se encuentra en la constelación de Tauro. Nací de mis padres y sé que no quiero cargar con sus pecados. Vengo también de mis intereses, de mis miedos y mis deseos.

¿Quién soy? Yo soy Yo. Y Yo no soy tú. Soy uno que respira y que, amén de presionar las teclas que se convierten en estas palabras, quiere vivir intensamente haciendo lo que le haga feliz y siendo el que realmente es. ¿Es eso posible en una sociedad como la que habitamos?

¿A dónde voy? Como decían aquellos que poblaban antes en estas tierras mexicanas: a bien morir, a su debido tiempo, ni antes ni después, sino en el momento justo para después ir más lejos o más cerca a otro cuerpo, a otra vida, con otras misiones y otras pasiones, con otro yo que no dejará de ser yo mismo. Es como si todos viajáramos por las vidas, presos en este mundo de superación de obstáculos. Universo divertido que nos permite aprender con manzanas. Quizás por eso la manzana de Eva, porque desde que entramos a la ciencia, aprendemos con manzanas. Pensar que se está atrapado en el mundo hasta pagar todo el karma.

Sí, soy un escritor. Soy un escritor que escribe sobre lo que le viene en gana, en ocasiones sin método aparente, pero siempre con alguna intención, así sea esta evadir la locura metiéndome a los laberintos de las letras.

En un mundo en el que parece que las personas se han olvidado de leer, la aportación literaria parece prometer poco. Sin embargo la esperanza muere al último y siempre se ha sabido que el único fin era encontrar algo que se creía perdido. El recuento de palabras que parecen no llevar a ningún lado, el placer de vivir las letras. En una palabra: escribir.

Me pregunto porqué se suele asociar a la escritura con el tabaco. Porqué la imagen del escritor con la que cargamos la memoria viene con cigarrillo en mano.

Porqué mis primeros escritos son autobiográficos, porqué pretenden atender los cuestionamientos que me aquejan. Quizás sea un truco de la mente para ponerme a escribir, aunque sea desde mi propia experiencia. Ya me hacía falta, sí que ya me hacía falta. Ahora entonces se podría decir que lo que he de buscar son historias. Ya tengo algunas y sé que al interior de mi cabeza se guardan historias, muchas historias que pronto saldrán solas.

¿Realmente quiero ser escritor?

¿Qué es hoy ser escritor?

¿Qué más se me ocurre que quiero hacer en esta vida en la que me encuentro?

¿Cómo quiero convertir mi presente en pasado?

Estas hojas parecen propias de un diario, pero me parece que siempre y cuando se preste a fomentar la fluidez, cumple un propósito valioso.

Llevar quizás un cuaderno de notas para anotar en él ideas para ensayos. Otra para novelas. Vuelvo a preguntar: ¿realmente quiero ser escritor? Esto es algo que necesito o algo que deseo.

Entonces

¿Qué es lo que realmente necesito? De entrada se me ocurre decir que lo que realmente necesito es vivir y hacer, dejar de preocuparme por estas preguntas que quizás tan sólo contribuyen al estancamiento.

Recuerdo que John Steinbeck decía que la misión del escritor es denunciar los desatinos de la sociedad, esto es una paráfrasis incompleta que quizás pierde la esencia de lo que realmente dijo el escritor de la Perla y las uvas de la ira, pero igual esa es la parte que quería rescatar.

Supongo que sí tengo mucho que denunciar, sólo que ahora, en un momento histórico en el que las personas prestan mayor atención a la televisión y ya somos pocos los que leemos libros escritos, pues me asalta la duda que supongo asalta, o ha asaltado, a todos los escritores del mundo: ¿vale la pena? Supongo que si retomamos las palabras anotadas al principio de este caótico post, valdrá la pena para saber qué es lo que busco en la literatura, quizás ahí me encuentre a mí mismo, sepa quién soy, de dónde vengo y a dónde voy.