Punto de com a

martes, mayo 27, 2003

A-ego contra los sitios vacíos de humildad


Hoy postearé esto tan sólo para hacer énfasis en la ignorancia y en la arrogancia de aquellos que se piensan cultos afirmadores de la vida y de argumentos políticamente cool. Dicen que jamás se sabe para quién se trabaja...No tengo más qué decir mas que dudo mucho que en la transgresión de pose se encuentren las respuestas a las reivindicaciones siempre necesarias en toda sociedad, o menos aún las nuevas preguntas.

Me parece que el mito, en oposición al logos, juega un papel fundamental y de indispensable reivindicación. Habrá que recordar a los arrogantes la importancia y la presencia de la herencia judeocristiana, de su esencia, en los valores políticamente cool de esta llamada por algunos segunda modernidad: del respeto a los derechos humanos, a la igualdad efectiva entre hombres y mujeres y entre personas en general, al respeto por el medio ambiente, al respeto a las minorías y la apuesta a la apertura de canales para su interlocución, etcétera y etcétera, mismos que estoy seguro, los arrogantes en cuestión, suscriben porque son políticamente cool y correctos para la pose intelectual, sirven para ligar mujeres o como prerrequisito para la interacción con personas que se jacten de ser al menos medianamente inteligentes y me imagino que ese es el hábitat en el que se desenvuelven la mayoría de los arrogantes que combinan la carencia de conocimiento de causa con carencia de humildad.

Propongo una especie de super héroe que vaya a ponerles en su madre a esos colegas que se sienten que piensan y no hacen más que estar ensimismados de sí mismos: A-Ego. A-Ego contra los sitios vacíos de humildad, esa sería su misión prinicpal.

A-Ego contra las momias de la razón. A-Ego contra la intolerancia disfrazada de tolerancia reivindicadora. O cualquier pendejada por el estilo que me haga reir en lugar de enojar y gruñir y escribir palabras que pueden ser irracionales e iracundas. Mejor hacer caso a Gorostiza cuando dijo que el mejor antídoto contra la intolerancia era el silencio. Así que a callar.