Punto de com a

lunes, septiembre 04, 2006

Hoy vuelvo a sentir que la oficina es un martirio. El simple hecho de estar obligado a estar y a ser supuestamente productivo. ¿A qué se reduce la productividad cuando el alma no siente felicidad por lo que hace en el "empleo"?

No estoy de acuerdo. Ha llegado el lunes y la nostalgia del ocio recreativo del fin de semana se me aferra con fervor a la mañana...